jueves, 27 de diciembre de 2007

Los 7 pecados de la Navidad

"...y ahora me faltan los siete pecados capitales. Contigo me saben a poco, habrá que añadir en la Biblia otros siete u ocho y dejar un folio en blanco, por si te inventas más..." reza una canción del madrileño Luis Ramiro. Con esta y otras rimas afronta la lista completa de pecados capitales: soberbia, ira, gula, envidia, pereza, avaricia, "...y el pecado que falta cariño te lo digo al oído y te lo enseño con las manos, mi pecado preferido me lo callo que hay gente escuchando...".

En una de las épocas más "religiosas" del año es justo cuando la lista de pecadores capitales aumenta y cuando todos nos volvemos un poquito más perezosos, más envidiosos, más avaros,...

¿Hay alguien que no esté de acuerdo?... yo creo que con una pequeña explicación me entenderéis:

1. La gula está presente desde el momento en que dentro de cada casa se comienza a planear la Nochebuena, la Navidad y la Nochevieja. Y eso por no hablar del famoso día de Reyes (del qué también hablaré más adelante) en el que no falta el Roscón en ninguna casa.

2. Pereza, ¿qué decir de ella? Que la nieve, las lluvias, el frío, el granizo, la hora en que anochece, etc, etc... influye para que nos volvamos mucho más perezosos y dejemos de hacer cosas que debemos por quedarnos en casa tumbados en el sillón, debajo de una manta y con un chocolate caliente, por ejemplo, en las manos.

3. La avaricia aparece cuando en las administraciones de Lotería comienzan a tener números para el sorteo de Navidad. Sí, no lo confundáis con ambición que es otra cosa... Se llama avaricia. Querer que nos toque, querer ser los afortunados y querer tener una gran cantidad de dinero con el mínimo esfuerzo,... en fin, que todos pecamos en este punto. Y lo que es peor, los niños son los más ávaros. Ven un juguete en la tele, lo quieren. Ven un muñeco de trapo, lo quieren. Ven una videoconsola, la quieren,... y lo peor de todo es que se lo consentimos y se lo damos, ... en fin.

4. La envidia viene justo después de la avaricia. Al día siguiente del sorteo de la Lotería, los desafortunados nos volvemos seres de lo más envidiosos, desearíamos estar en el lugar de esas personas que se han llevado millones y millones de las antiguas pesetas.

5. A continuación de la envidia aparece obligatoriamente la ira. Al igual que deseábamos estar en la piel del afortunado ganador también deseamos encontrárnoslo por la calle, pegarle una paliza, destrozarle los dientes y por último robarle el décimo (vale, quizá me pasé un poco con la descripción, pero sí que es cierto que nos enfadamos porque ha tocado al de al lado y no a nosotros).

6. La soberbia es posible que se dé en menor cantidad que el resto, pero eso no quiere decir que no se dé. ¿Quién no ha pensado "seguro que el tío que ha ganado a la Lotería la tiene pequeña, o seguro que su mujer/marido le pone los cuernos"? Como nosotros no hemos ganado, menospreciamos a los demás.
Y qué decir del "afortunado", de esa persona normal y corriente que pasa de tener un modesto Seat 127 (es un ejemplo) a comprarse el Audi S8 más completo del mercado, o que pasa de ser un camarero a ser dueño de toda una cadena. O que, directamente, comienza a codearse con gente de un nivel más acorde a su poder adquisitivo dejando de lado a sus amigos de siempre, a los que le apoyaron cuando operaron a su mujer y tuvieron que quedarse con los niños, o esos que cuando se le rompió ese Seat 127 le dejaron su flamante Renault 5, o incluso de aquel que le dejó los 20 € para comprar el décimo afortunado porque él se lo había gastado en putas, drogas, tragaperras...

7. Y para el pecado que falta, me quedo con la frase de Luis Ramiro. Que cada uno piense si es lujurioso o no que yo no voy a juzgarlo... "...y el pecado que falta cariño te lo digo al oído y te lo enseño con las manos, mi pecado preferido me lo callo que hay gente escuchando...".

PD: Para aquellos que no conozcan a Luis Ramiro, dejo su "space" y su página web aquí:

- Página web: http://www.luisramiro.com/
- Space: http://www.myspace.com/luisramiro

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