viernes, 28 de diciembre de 2007

¿Qué pasaría si lavase un condón en el lavavajillas?

Llego el viernes a casa y para hacer la gracia meto un condón en el lavavajillas, preguntándome que ocurrirá con él. Aprovecho el viernes ya que mi novia llega más tarde a casa y por lo tanto nadie me va a regañar por hacer esta idiotez. Así que pongo mi condón (sin usar) en la bandeja superior, y encima para más recochineo le meto detergente y abrillantador, para luego ponérmelo y decirle a mi novia: “¡Cariño mírame! Tengo la polla recién pulidita y reluciente para ti, mi amor” Así que sin pensarlo más y riéndome como un niño pequeño nervioso pulso el botón y lo pongo en funcionamiento. Pasan 5 minutos, me canso de reír y observo si ocurre algo fuera de lo normal. De momento nada. Me doy la vuelta y abro el frigorífico, cojo una lata de cerveza y en el momento de abrirla noto un fuerte golpe contra el suelo y contra mi pierna, y de repente me noto mojado. Me doy la vuelta, acojonado porque no sé que ha pasado. Cierro los ojos. No quiero ver que ha pasado. Oigo “chof, chof” con cada pisada mía. Ya estoy, dado la vuelta. Abro los ojos. Para más INRI se me cae la cerveza al suelo del susto que me llevo. La puerta del lavavajillas ha reventado y ha caído contra el suelo, eso sí después de darme un buen golpe la gran hija de… en fin. Reacciono y rápidamente intento cerrar la llave de paso del lavavajillas, con la mala suerte de que estaba mal puesta y me quedo con ella en la mano…

A todo esto son las 3 menos cuarto y mi novia está a punto de llegar. ¿Qué coño hago? Me pregunto a mi mismo. ¿Qué haría McGyver en esta situación? ¿Una bomba lapa? ¿Un lapicero con un tampax alrededor para meterlo en el agujero que ha dejado el grifo que ahora tengo en la mano? ¡Dios, esta no es la solución! Así que dejo de pensar como McGyver y de repente me vienen a la cabeza unas clases de cocina que recibí. ¿Por qué coño me pongo a pensar en eso? ¡Jorge, céntrate en el puto grifo!

Me doy la vuelta como un loco mirando por la cocina, una y otra vez como una peonza. El agua sigue saliendo y no para. Está llegando al pasillo. ¡Mierda! La tarima tiene agujeros y como le entre agua la he cagado. Corro como un loco entre el agua y salgo al pasillo, corriendo voy al baño y cojo una toalla para ponerla en la puerta de la cocina y evitar que salga agua. ¿Pero que coño es esto? ¿Una toalla rosa con un corazón verde fosforito en medio? Perfecto, ahora mi casa es como la de la Barbie, ¡cojonudo! Y encima seguro que destiñe y me deja en suelo de la cocina como un arco iris. Tendré que hablar muy seriamente con mi novia para ver en que coño gasta el dinero. Bueno, casi mejor me voy a callar, porque después de la que he liado…

Siguiente paso, ¿cuál es? Miro al fregadero y de repente me doy cuenta de la solución. La llave de paso general de la casa. Estoy por irme a por las botas de agua para entrar en la cocina. Abro el mueble de debajo del fregadero y allí está. Parece que me mira y se ríe,... ¡será p...! Cojo la llave con mi mano y la giro. Milagrosamente el agua deja de salir, pero lo peor está por llegar.

He oído un ruido en la puerta, suena a llaves. ¡No!, no puede ser... es mi novia. Ha debido salir antes de la oficina. ¡Me cago en todo! Gira la llave, abre la puerta y allí estoy yo, tirado en el suelo con la llave de paso en la mano. La miro y veo como se va poniendo roja por momentos, se abre su boca lentamente y de ella sale un tremendo alarido.

"¡Pero que coño has hecho Jorgeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!...."

Y, con ese grito, me despierto. Menos mal que fue un sueño...

jueves, 27 de diciembre de 2007

Los 7 pecados de la Navidad

"...y ahora me faltan los siete pecados capitales. Contigo me saben a poco, habrá que añadir en la Biblia otros siete u ocho y dejar un folio en blanco, por si te inventas más..." reza una canción del madrileño Luis Ramiro. Con esta y otras rimas afronta la lista completa de pecados capitales: soberbia, ira, gula, envidia, pereza, avaricia, "...y el pecado que falta cariño te lo digo al oído y te lo enseño con las manos, mi pecado preferido me lo callo que hay gente escuchando...".

En una de las épocas más "religiosas" del año es justo cuando la lista de pecadores capitales aumenta y cuando todos nos volvemos un poquito más perezosos, más envidiosos, más avaros,...

¿Hay alguien que no esté de acuerdo?... yo creo que con una pequeña explicación me entenderéis:

1. La gula está presente desde el momento en que dentro de cada casa se comienza a planear la Nochebuena, la Navidad y la Nochevieja. Y eso por no hablar del famoso día de Reyes (del qué también hablaré más adelante) en el que no falta el Roscón en ninguna casa.

2. Pereza, ¿qué decir de ella? Que la nieve, las lluvias, el frío, el granizo, la hora en que anochece, etc, etc... influye para que nos volvamos mucho más perezosos y dejemos de hacer cosas que debemos por quedarnos en casa tumbados en el sillón, debajo de una manta y con un chocolate caliente, por ejemplo, en las manos.

3. La avaricia aparece cuando en las administraciones de Lotería comienzan a tener números para el sorteo de Navidad. Sí, no lo confundáis con ambición que es otra cosa... Se llama avaricia. Querer que nos toque, querer ser los afortunados y querer tener una gran cantidad de dinero con el mínimo esfuerzo,... en fin, que todos pecamos en este punto. Y lo que es peor, los niños son los más ávaros. Ven un juguete en la tele, lo quieren. Ven un muñeco de trapo, lo quieren. Ven una videoconsola, la quieren,... y lo peor de todo es que se lo consentimos y se lo damos, ... en fin.

4. La envidia viene justo después de la avaricia. Al día siguiente del sorteo de la Lotería, los desafortunados nos volvemos seres de lo más envidiosos, desearíamos estar en el lugar de esas personas que se han llevado millones y millones de las antiguas pesetas.

5. A continuación de la envidia aparece obligatoriamente la ira. Al igual que deseábamos estar en la piel del afortunado ganador también deseamos encontrárnoslo por la calle, pegarle una paliza, destrozarle los dientes y por último robarle el décimo (vale, quizá me pasé un poco con la descripción, pero sí que es cierto que nos enfadamos porque ha tocado al de al lado y no a nosotros).

6. La soberbia es posible que se dé en menor cantidad que el resto, pero eso no quiere decir que no se dé. ¿Quién no ha pensado "seguro que el tío que ha ganado a la Lotería la tiene pequeña, o seguro que su mujer/marido le pone los cuernos"? Como nosotros no hemos ganado, menospreciamos a los demás.
Y qué decir del "afortunado", de esa persona normal y corriente que pasa de tener un modesto Seat 127 (es un ejemplo) a comprarse el Audi S8 más completo del mercado, o que pasa de ser un camarero a ser dueño de toda una cadena. O que, directamente, comienza a codearse con gente de un nivel más acorde a su poder adquisitivo dejando de lado a sus amigos de siempre, a los que le apoyaron cuando operaron a su mujer y tuvieron que quedarse con los niños, o esos que cuando se le rompió ese Seat 127 le dejaron su flamante Renault 5, o incluso de aquel que le dejó los 20 € para comprar el décimo afortunado porque él se lo había gastado en putas, drogas, tragaperras...

7. Y para el pecado que falta, me quedo con la frase de Luis Ramiro. Que cada uno piense si es lujurioso o no que yo no voy a juzgarlo... "...y el pecado que falta cariño te lo digo al oído y te lo enseño con las manos, mi pecado preferido me lo callo que hay gente escuchando...".

PD: Para aquellos que no conozcan a Luis Ramiro, dejo su "space" y su página web aquí:

- Página web: http://www.luisramiro.com/
- Space: http://www.myspace.com/luisramiro

Lo primero de todo, la "bienvenida".

Bien, acabo de comenzar mi andadura por este mundillo de los blogs, y después de ver unos cuantos y de observar el impacto que tenían, he decidido crear uno y ver qué tal se me da esto de escribir y que lo vea todo el mundo.

Antes de nada dar las gracias a todos aquellos visitantes que con sus opiniones, comentarios y anotaciones me ayuden a mejorar y a conseguir un blog medianamente decente.

Muchas gracias a todos.